sábado, 19 de junio de 2010

Baldío

























Cuando era chica, de las mejores aventuras
era ir al terreno baldío del barrio a cazar mariposas.
Sólo por el hecho de capturarlas.
Luego las poníamos cuidadosamente en frascos perforados,
las observábamos un rato y las soltábamos de nuevo.
Las había de varios colores, anaranjadas y negras sobre todo.
También estaban las “de leche”, completamente blancas.

Hoy es raro ver mariposas y terrenos baldíos por acá.

Como cazando mariposas en un terreno baldío,
capturo imágenes en el fondo de una casa
donde las plantas crecen sin intervención de jardineros.
Las imágenes se acumulan, superponen y sedimentan.
Cuidadosamente, confecciono pinturas con estos motivos.